miércoles, 23 de abril de 2014

Hazte un favor...innova.

"La innovación nos sacará de esta crisis." Bien podría ser el titular de una noticia de un día normal que ha salido de la boca de un político cualquiera. Los políticos hablan, todo el rato. La mayoría del tiempo están perdidos en su mundo, pero en raras ocasiones dicen algo con un poco de sentido. Suponen que en alguna parte habrá alguna solución, aunque estén tan lejos de ella que, si la ven, no la distinguen de un punto en el horizonte. Con la innovación les pasa eso, ¿verdad?

Ahora bien, sería menos preocupante, al menos para mí, si sólo fuesen los políticos los que tienen carencias respecto a la importancia de la innovación como motor para salir de la situación crónica e insostenible en la que nos encontramos. Pero lo que veo a mi alrededor es que empresarios, emprendedores y trabajadores no saben, no valoran o directamente desdeñan lo que la innovación puede hacer por todos.


Comenzando por la definición, que hay muchas, personalmente me gusta aquella simple que dice "utilizar la creatividad para producir algo". Entonces, la diferencia entre creatividad e innovación es que la segunda implica crear algo que se puede utilizar y que es mejor que lo que había hasta ese momento. Es algo que se puede meter en lo cotidiano, por ejemplo, en el trabajo, pues puedes cambiar un proceso que estás harto de realizar 1000 veces sabiendo que es ineficiente y que se podría hacer de otra manera: más rápido, más barato, más....algo. Mejor.


En estos días tengo en mis manos varias publicaciones sobre innovación, que estoy acometiendo la agradable labor, en la mayoría de los casos, de leerme a fondo, analizando, conociendo los pedacitos en los que se puede desmontar este concepto tan manoseado y, a la vez, tan pocas veces puesto en práctica de forma real.

La pregunta después de leer tantas páginas y páginas sobre el tema es:

¿Hacia dónde hay que dirigir los esfuerzos para promover la innovación?¿A aumentar la financiación?

Mi opinión es que esa es una visión simplista, pues somos las personas, con nuestras expectativas, esfuerzos, relaciones actitudes, conductas y nuestra pasión, las que podemos cambiar el panorama.


jueves, 10 de abril de 2014

Seguro que serías un jefe de la leche

Según un estudio, el 80 % de los jefes creen que son la leche, pero sólo el 40 % de los empleados creen tener un buen jefe. ¿Cómo se come esto?¿Es que cuando uno es jefe piensa que todo el mundo le quiere?¿o cuando se es empleado hay que odiar a los "de arriba" de forma sistemática?

Este dato refleja la disparidad de opiniones fruto de la diferencia de roles, está claro. Lo preocupante es el abismo entre esa diferencia.

Hay mucha literatura sobre cómo tiene que ser o no un buen jefe, pero realmente la dificultad está en poner en marcha la teoría. Conozco consultores que se dedican a hacer cursos sobre habilidades directivas, o sobre trabajo en equipo, o sobre gestión del tiempo, pero que en el día a día de su empresa, la realidad es bien distinta.



Revisando bibliografía, preguntando a colegas, mirando mucho en Internet y fruto de mi propia experiencia como empleada y también como jefa, creo que una persona que lidere un equipo debe hacer, al menos, lo siguiente:
  1. Tener claros los objetivos de su empresa y las estrategias para conseguirlos. Es desesperante para todos, y sólo genera frustración, el que "nadie sepa lo que hay que hacer" porque los objetivos cambien cada día y las estrategias varíen cada 10 minutos.
  2. Pensar que varias cabezas piensan mejor que sólo una. Está claro que no se pueden tomar decisiones de forma asamblearia entre todos los empleados, pero el líder sí que debería escuchar las opiniones de los demás antes de tomar una decisión.
  3. Conocer lo mejor posible a las personas de su equipo. En lo profesional, por supuesto, pero también saber cómo es su personalidad y estar al corriente de sus necesidades y expectativas.
  4. Informar a los colaboradores de las cuestiones importantes de la empresa. Para llegar a puerto, todo el mundo debe remar en la misma dirección. El oscurantismo y la incertidumbre descolocan y generan fantasmas que pueden dar al traste el mejor de los proyectos.
  5. Gestionar las relaciones entre los empleados. Conflictos los habrá siempre, porque somos humanos. La diferencia está en cómo los afrontemos.
  6. Promover que las personas se desarrollen en la empresa y se comprometan.
  7. Ser una persona con sentido común, coherente, íntegra y que inspire a sus colaboradores.
Entonces, ¿tú serías un buen jefe?¿o ya lo eres?¿cómo ves el tema?
Cuéntamelo


María Gutiérrez