lunes, 31 de marzo de 2014

¿Tienes lo que te mereces?

La semana pasada un amigo me contaba lo bien en la vida: tenía una familia sin problemas, dinero suficiente para muchos lujos y trabajaba en algo que disfruta a cada momento. Está claro que es de agradecer el ver cómo a alguien cercano lo pasa tan bien, pero lo que más me llamó la atención fue su argumento de por qué le pasaba todo eso: "la gente tiene lo que negocia, no lo que merece". Implícitamente, estaba diciendo que él no esperaba a verse merecedor de las cosas para ir a por ellas, sino que negociaba día a día para conseguirlo y mantenerlo.
Y ahora tú, ¿tienes lo que mereces? Puede que también te hayas creído que hay que estudiar mucho, esperar, no "dar la lata", dar los pasos necesarios, no precipitarse, ir por el caminito y, al final, conseguirás tu reconocimiento. Ahora evalúa, ¿cuántos años tienes?¿realmente has conseguido lo que se supone que mereces?
Si la respuesta es negativa, pues cambia de estrategia y comienza a negociar. ¿por dónde comenzar?.Lo primero que tendrás que tener claro son tus objetivos ¿ya los tienes? Después, cultiva tu asertividad, es decir, saber mantenerte firme en tus convicciones pero sin ofender a los demás.
El objetivo de la asertividad es conseguir una situación en la que todas las partes ganan. Eso, claro está, no es algo fácil, por ello tiene que ser algo aprendido y consciente, que tendrás que poner en práctica todos los días hasta que te salga solo.
Para ello, tendrás que hacer lo siguiente:
  • Escuchar realmente a la persona a la que tienes delante. Esfuérzate por escuchar cada una de las palabras sin interrumpir.
  • No muestres emociones descontroladamente. Mientras escuchas, tienes tiempo para madurar tus pensamientos y ordenar tus argumentos. Tu cuerpo debe mostrar también ese control emocional. Vigila tus posturas, resoplidos, a dónde miras, etc.
  • No te tomes las cosas personalmente. Separa a la persona del problema, eso te dará perspectiva.
  • Mantén el contacto visual. La otra persona debe saber que tiene toda tu atención.
  • Habla con voz controlada, expresando tranquilamente tu opinión y aportando a la conversación en vez de menoscabándola con mensajes destructivos.
Mejorar tu asertividad es una inversión a largo plazo. Cada vez serás capaz de negociar mejor y así optar no sólo a lo que te mereces. Invierte en tu capital social.

miércoles, 19 de marzo de 2014

¿Qué es y qué hace el CEO de una empresa?

Está muy de moda el haber cambiado el nombre de Consejero Delegado por CEO (Chief Executive Officer). La cuestión es que, llames como lo llames, ¿qué es lo que hace en una startup?





Imagínate a un director en su atril, solo completamente. La batuta en la mano. Ningún músico aún en el escenario. Tiene la partitura delante pero no puede hacer sonar la música. Para eso necesita, al menos, a alguien que sepa tocar y que esté dispuesto a seguir sus órdenes. Si sólo cuenta con el violinista principal, éste tocará de acuerdo a su criterio, y el director seguirá sirviendo de bien poco.

Para hacer bien su trabajo, el director llamará a otros instrumentos de cuerda, de viento, percusión. Cada uno hará su labor y la dirección se encargará de que la partitura se ejecute según lo previsto, además de añadir su propio toque personal. Será imprescindible que el grupo completo interiorice la esencia de la sinfonía para que suene adecuadamente y embelese al público.

Entonces, ya en una startup, ¿qué ocurre si el CEO sólo se dedica a su área de experiencia? Ya sean los conocimientos técnicos, o el marketing, o definición de producto. Pues que la orquesta estará sin rumbo al no tener un sentimiento global de lo que se quiere transmitir. Las cuitas internas entre instrumentos comenzarán a surgir, cada uno sintiéndose más importante que el de al lado. Y la obra final será un fiasco, con el público abucheando y levantándose a reclamar su dinero ante tamaño desastre.

Como en una orquesta hace falta un Director para que cada instrumento no se vaya por los cerros de Úbeda, en una empresa hace falta alguien que dirija y que se encargue de marcar la visión, de embarcar al equipo inicial, definir el producto o servicio, conseguir que se venda al cliente y que la organización perdure.

Al emprender, esto que parece tan básico, suele dar lugar a varios errores:
  • Ninguno de los socios quiera dirigir porque nadie quiere cortar "el buen rollo" tomando las decisiones complicadas. Ya sabes sobre la soledad del mando.
  • Todos los socios quieran mandar y ser CEO, dando lugar a una startup con 3 o más consejeros delegados tomando las decisiones asambleariamente. Totalmente inoperativo.
  • El emprendedor quiere hacer todo solo y acaba convirtiéndose en un hombre-orquesta.

Por tanto, deja claro desde el primer día quién manda y cuál es la visión de la empresa.

viernes, 14 de marzo de 2014

10 Cosas que NO DEBES HACER cuando buscas trabajo o pareja


10 Cosas que NO DEBES hacer cuandobuscas trabajo o pareja:
  1. Ir "a lo que salga".
    El que te valga lo mismo una empresa que otra dice poco sobre tu conocimiento de tí mismo. Sé exigente contigo y también con los demás.
  2. Olvidar qué es lo que te gusta (y se te da mejor) y obcecarte en buscar "algo de lo mío". ¿cuándo fue la última vez que decidiste "qué era lo tuyo?".¿tenías 18 años y acababas de terminar el Instituto y no sabías qué hacer con tu vida?¿o realmente la elección de tu profesión es fruto de una reflexión sobre lo que te gusta hacer en la vida y lo que de verdad te llena?. Saber lo que te gusta y lo que no hará que te fijes en metas adecuadas a tus valores y estilo de vida, y eso hará que tu motivación aumente.
  3. Desconocer los entresijos del sector en el que quieres trabajar.
    Por muy duro que parezca, necesitas saber cómo funcionan las cosas antes de meterte en harina, y eso raramente se aprende en la Universidad. Al igual que conoces exactamente en qué barrios están los bares de copas que ponen la música que te gusta, deberías conocer dónde está lo mejor del sector y qué hábitos tiene.
  4. Enviar 200 currículum iguales por internet en una mañana.
    Sería el equivalente a entrar en un local de copas y gritar "¿alguien se viene conmigo?". Seguramente el éxito será pequeño. A las personas (y a las empresas) se les conquista conociéndoles y ofreciéndoles algo que despierte su interés. Con la estrategia de tratar a todo el mundo como ganado, pocos resultados óptimos lograrás.
  5. Aislarte en tu casa o con tus amigos.
    Para conocer empresas nuevas hay que salir a buscar, al igual que para conocer gente nueva. Introdúcete en el sector que has elegido conscientemente (igual que entrarías como por tu casa en tu garito favorito) y ponte como meta conocer a las personas relevantes en él. No lo conseguirás en un día, pero nunca llegará si no lo intentas.
  6. Desesperanzarte porque conoces a alguien que lleva 1 año buscando curro.
    Al igual que no piensas que nunca te casarás porque tu primo de 45 años siga soltero, no deberías desalentarte pensando que no encontrarás trabajo porque tus amigos no lo consiguen. Cada persona es única, creételo.
  7. Que tu motivación esté basada en recompensas externas.
    A todos nos gusta vivir bien, pero igual que no elegirías una pareja por lo bien que hace las lentejas o cómo limpia los baños, también algo de romanticismo debería guiarte a la hora de buscar trabajo. Tu motivación tiene que estar libre de recompensas exteriores y basarse en lo que realmente quieres hacer. Otra cosa es que a nadie le amargue un dulce cuando llegue.
  8. Pensar que cada entrevista es de vida o muerte.
    Cuando tienes 17 años no piensas que te vas a casar con cada ligue que te encuentres, y eso hace que, milagrosamente, aumente la cantidad de gente que conoces y con la que te relacionas. Esa misma actitud deberías tenerla frente a una entrevista de trabajo: no pienses que es ahora o nunca, simplemente ponte la meta de crear nuevas oportunidades, que te llevarán a más entrevistas y ahí encontrarás algo que te ilusione. El depositar todas tus esperanzas a la primera de cambio puede hacer que te precipites y los nervios te traicionen. Aprovecha la oportunidad sin agobios.
  9. Tener demasiadas expectativas respecto a "trabajar en la empresa cual".
    ¿Conoces el refrán de "Cuidado con lo que deseas"? Pues en ocasiones el refranero español no anda muy desencaminado. También podemos utilizar el "no es oro todo lo que reluce" y alguno más. El caso es que no siempre la mejor solución para tí y tu estilo de vida es buscar la pareja más cañón y que más dinero gana, si no alguien que se adecúe a tus valores y a tu estilo de vida. Probablemente serás más feliz.
  10. Enfadarte porque las cosas no te salen a la primera.
    Parece una cuestión tonta, pero "el que la sigue la consigue". La cultura del esfuerzo puede considerarse un poco anticuada, pero la realidad es muy tozuda, ¿verdad? Si realmente ya sabes cuál es tu meta, has elegido el sector donde vas a desarrollar la profesión de tu vida, conoces a fondo la empresa en la que vas a hacer una entrevista....Respira hondo, saca tu lado positivo y enfréntate a la situación con la mejor de las actitudes. ¿Y si no sale? Pues ya tienes la receta: eres un ser humano único y vas a crearte más oportunidades.


Ya sabes: sal a buscar lo que quieres.

Este texto fue redactado por María Gutiérrez y publicado por primera vez en el blog de e-TECMA LEARNING.

lunes, 10 de marzo de 2014

El momento de las #emprendedoras

Hace unos tres meses me presenté a un concurso de ideas para startup. Era la única mujer de las 15 candidaturas. Antes de salir al salón de actos estábamos todos los equipos en una sala y una persona de la organización, en un intento por ser agradable e intentar minimizar aquel hecho tan sobresaliente, me dijo "seguro que es una ventaja para ti el ser la única chica, así te mirarán más el proyecto". No salí ganadora, pero fue un alivio el que mi género no tuviese relación con el éxito en la competición.



Hoy, dos días después del DÍA INTERNACIONAL DE LA MUJER TRABAJADORA, las redes sociales y los medios siguen hablando de este tema. Y es que es un tema importante, pero no sólo para un día, sino para los 365 del año.

Los datos gordos sobre la desigualdad de género en la empresa son bastante reveladores:
  • De los 470 consejeros del IBEX, sólo 3 mujeres tienen funciones ejecutivas.
  • Las matrículas de mujeres en carreras técnicas y tecnológicas es menor del 10 %.
Luego está el día a día que muestra una realidad muy tozuda. Por ejemplo, en los saraos de emprendedores, las mujeres no suelen llegar al 10 %. Ni como ponentes, ni como oyentes. La pregunta es ¿por qué?

En mi experiencia como profesional de la ingeniería durante más de 10 años y como empresaria del mundo técnico e Internet durante los últimos 5 años, lo que he visto es que, simplemente, hay poquísimas mujeres en los puestos directivos en las empresas privadas.

El ambiente masculino es el dominante, y eso se extiende a las relaciones sociales que imperan en las empresas. Esto hace que habitualmente las mujeres queden fuera de los círculos informales de poder, terminando marginadas de forma no voluntaria por ninguna de las partes en la mayoría de los casos. Este aislamiento favorece la activación de los estereotipos y que las mujeres tengan que mostrar sus méritos para poder romperlos, apareciendo así el efecto que ellas tengan que conseguir logros antes de ascender, mientras que ellos suben al revelar su potencial.

El problema es de calado hondo, ¿cómo se cambia eso?. Pues no esperando que sea de la noche a la mañana, por supuesto. Trabajando duro y demostrando que nuestro género define mucho de nuestra personalidad, pero no la valía personal, ni las competencias ni las habilidades necesarias para ocupar puestos directivos o para emprender. Es nuestra responsabilidad el desarrollar nuestro potencial y nuestro talento, independientemente de la cerrazón mental de los y las que tengamos a nuestro alrededor que anteponen su sexo a la persona que tienen enfrente.




martes, 4 de marzo de 2014

Socios: ¿realmente los necesitas para tu startup?

No se trata de ir de solitaria por la vida, pero a la hora de emprender es muy necesario pensar bien si necesitas o no llevar socios contigo. Hazte la pregunta "¿realmente los necesito?".

Como dice Fernando Trías de Bes en "El libro negro del emprendedor", hay muchos motivos por los que puedes comenzar tu aventura empresarial en compañía. Ahora el tema está en saber si esos motivos te convienen o no en el medio y largo plazo.


En estos últimos años he leído muchas clasificaciones sobre los socios: socios- trabajadores, socios-capitalistas, socios-tecnológicos...montones. Pero, personalmente prefiero otra clasificación: los que son buenos para tí, y los que no. Si decides tener compañía a la hora de emprender, que sea una decisión lo más masticada posible, que valores bien los pros y los contras. Y eso suele ser bastante difícil de hacer.

¿Por qué?
  • Porque a veces la persona que crees que tiene que ser tu socia es tu pareja, algún familiar o tu amigo de toda la vida. En este caso los lazos emocionales toman una importancia enorme que, previsiblemente, no te dejen tomar las mejores decisiones desde un punto de vista empresarial.
  • Porque a veces invitarás (si no lo has hecho ya) a participar a personas "que saben mucho de lo suyo". En este caso será el brillo de su experiencia lo que te deslumbre y no te deje actuar como deberías. Le escucharás con atención y pensarás que sus palabras son oro "porque ya ha pasado por mucho". En este caso el problema será desmarcarte, eliminar los sentimientos de inferioridad y mantener tu criterio.
  • Porque a veces, simple y llanamente, te equivocarás de persona. Y lo que pensaste que era un príncipe azul, se te volverá un sapo a la primera de cambio y no sabrás cómo quitártelo de encima.
  • Porque la vida cambia, la de todo el mundo. Los objetivos vitales no son los mismos a los 25 que a los 35 o a los 45 y eso va a influir mucho, mucho en la toma de decisiones en la empresa. No somos robots que diferenciamos al 100 % la "vida profesional" de la "vida laboral". Todo se mezcla en la persona, por eso es tan, tan importante estar bien en ambos ámbitos.
Entonces, ¿realmente no puedo tener socios?

No, hay ocasiones en las que compartir tu empresa puede estar realmente bien. Por mi experiencia y también la de personas que tengo alrededor, un buen socio tiene las siguientes características:
  • Ya te conoce en el ámbito profesional. Igual que no te casarías con nadie de sopetón en la primera semana de novios y prefieres convivir antes de dar ese paso, pues con tu socio es mejor que te conozcas del trabajo o similares. Que sepáis qué es lo que puede dar de sí cada uno, y que los cabreos por "esto lo haces tú" ya hayan pasado hace tiempo.
  • Compartes valores vitales. Es decir, es alguien a quien valoras como persona, seguramente conocerás también a su familia y te parece estupenda. Además, los dos pensáis que queréis ser ricos, o que os conformáis con vivir cómodamente pero sin lujos, o que no os importa no ganar ni un euro en X años. Lo que sea, pero que esté claro desde el principio. Muchos problemas llegan cuando a alguien le importa mucho la pasta y al otro no.
  • Sabe de qué pie cojeas y te conoce "como si te pariera". De esa manera, no caben los "es que me estás defraudando" o "yo no pensé que eras así". Fuera reproches. El que se mete en el ajo, sabe bien a quién lleva al lado. Como en una pareja, vamos.
  • Competencias y habilidades complementarias y compatibles, no sólo profesionales, sino también a nivel personal. Si uno es un cabra loca, muy social y que comparte todo hasta con las piedras, pues que el otro pueda pararle los pies y sea una persona con la cabeza fría. Si uno es ingeniero, que la otra sea economista. Los roles tienen que estar bien definidos a todos los niveles. Eso enlaza con el siguiente punto.
  • Se deja claro quién manda y quién no. Independientemente de cuál es la participación social de cada uno, tiene que haber una cabeza solamente. La bicefalia no funciona.
  • La visión de la empresa está clara y es compartida. ¿dónde queremos estar en 3 años?¿expansión internacional o no nos movemos de nuestro barrio?¿vamos a orientarnos al cliente o la empresa está antes? Todas estas preguntas tienen que ser respondidas de forma honesta y clara, para que la visión de los socios sea compartida.
Seguramente algunas cosas más se me quedan en el tintero, pero todo se resume en lo siguiente:

Acompáñate sólo de personas que te aporten valor a todos los niveles, con los que te sientas comprendida y respetada y que tengan claro que el camino empresarial va al mismo sitio.

En el resto de los casos, y volviendo a Trías de Bes: subcontrata, habla con un banco, emplea, haz terapia o deporte. Te saldrá más barato y ganarás salud.

lunes, 3 de marzo de 2014

Comienza MIUMIVLOG

Hola,
Me llamo María Gutiérrez y en este videoblog hablaré de mi experiencia como emprendedora. Tocaré los temas básicos que nos ocupan, como el plan de negocio, los socios, la búsqueda de financiación...


En mi caso, mi proyecto tiene relación con la Psicología y la tecnología, ambas cuestiones me apasionan. Si a ti también te pasa lo mismo, pues acompáñame.
Te doy la bienvenida a MUYMIVLOG.